Desde que Ferran Adrià agitara las mentes del sector, no dejan de surgir ejemplos muy notables de profesionales inconformistas y curiosos. Personas de mirada incisiva, inquietos en su más amplia concepción del término. De la mano de esta actitud estamos disfrutando de uno de los más brillantes momentos culinarios. Como telón de fondo, nos encontramos con un cambio de mentalidad radical. Y es que hoy la cocina ha dejado de ser una profesión, un oficio, para convertirse en algo más, en un modo de vida que ayuda a explicar las historias e ideas que nutren este número de Saber y Sabor 174.
Por ejemplo, ese cambio de mentalidad da sentido al impulso que sienten aquellos profesionales que, con la vida resuelta, se embarcan en nuevas y ambiciosas aventuras. ¿Por qué si no Jordi Artal se lanzaría a reubicar su Cinc Sentits?
¿Y qué decir de Maca de Castro o Andreu Genestra? Solo desde un convencimiento vital muy profundo puede entenderse su lucha diaria por impulsar las variedades autóctonas y el sector primario y por recuperar para las islas una identidad gastronómica propia.
En este número esa inquietud también la observamos en la investigación profunda que Angel Salvador ha realizado sobre la OC’OO, que ha permitido confirmar que estamos ante un nuevo método de cocción.
Y, cómo no, es el inconformismo uno de los motores que impulsan el trabajo que realiza María José San Román, una cocinera capaz de agitar al sector reivindicando la importancia de un pulido de los arroces que preserve el germen del grano.
Actitudes todas ellas que desde estas páginas aplaudimos, reivindicamos y disfrutamos. Sin duda, la cocina necesita seguir nutriéndose de lo mucho que aportan esas miradas inquietas.
Encontrarás ésta y otras creaciones completas en saber y sabor #174
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