Por muchos años que pasen y pese a la creciente competencia en forma de rankings, la Guía Michelin sigue posicionada como una referencia ineludible para hacerse a la idea de qué se cuece a nivel gastronómico en un territorio. Por este motivo, las galas en las que se entregan las nuevas estrellas son seguidas con atención por buena parte del sector. De hecho, la designación del lugar que acogerá la gala ya supone el pistoletazo de salida para la rumorología.

Este año el lugar escogido es Tenerife, una decisión que viene a poner en valor el creciente peso que está adquiriendo la cocina canaria. La gala se celebrará el 22 de noviembre, y solo entonces se sabrá si la cocina del archipiélago obtiene un reconocimiento especial, o si la guía pone fin a su racanería con restaurantes de la talla de Nerua, Mugaritz, Ricard Camarena, Can Jubany o Espai Kru.

Tenerife ha sido escogida de entre un buen número de propuestas, entre ellas Santander o Lisboa. Esta isla canaria cuenta con cinco estrellas Michelin, dos de ellas para el MB Abama de Martín Berasategui con Erlantz Gorostiza al frente. Precisamente el equipo de este restaurante se encargará de coordinar la fiesta culinaria que seguirá a la entrega de macarrones.