Albert Sastregener en cocina y su mujer Cristina Torrent en sala han ido construyendo, pasito a pasito, uno de los restaurantes de referencia en Cataluña: Bo.TiC, que nació en 2007 de forma humilde y a finales de 2020 logró las dos estrellas Michelin.

Desde que era adolescente, Sastregener tuvo claro que quería dedicarse a la hostelería. Tras formarse en la Escuela de Hostelería de Sant Narcís de Girona, apostó por ir a Barcelona y formar parte de la primera promoción de la escuela EspaiSucre.

A nivel profesional, después de trabajar como jefe de cocina durante tres años y medio en La Cuina de Can Pipes junto a Ramon Casabayó, abrió junto a su mujer Bo.TiC en una localidad pequeña como es Corçà. Los inicios no fueron fáciles porque propusieron una cocina más actualizada que lo que se hacía por la zona y con el precio más elevado, aunque en 2009 llegó la recompensa con la primera estrella Michelin.  En 2017, por necesidades de la cocina, se trasladaron a un espacio más amplio, donde aprovecharon para empezar a ofrecer menús degustación y dejar de lado la carta.

Su cocina es técnicamente compleja, visualmente cuidada y reflexionada. Pese al uso de productos del entorno y su mirada al recetario tradicional, en Bo.TiC no faltan guiños foráneos y juegos que apelan a los sentidos.